Emilia Gonzalez Britos
Quién nos iba a decir que a estas alturas de la democracia en España nos íbamos a encontrar en un punto de retroceso tan alarmante como el que nos encontramos ahora, viendo como nuestros derechos más básicos como la educación y la sanidad se nos escapan.
En lo que se refiere a nuestros hijos, no es éste un debate partidista, entre derechas o izquierdas, ya que gran parte de los más jóvenes de hoy en día no entienden nada de partidos, ni siquiera entienden por qué hemos llegado a esto en la escuela pública.
Ellos han nacido en democracia y muchos de sus padres también, nunca habían oído hablar de recortes o de crisis. Son los hijos del “bienestar “, sus padres no lo tuvieron todo en la infancia pero fueron adquiriendo poco a poco comodidades que más tarde ofrecerían generosamente a sus hijos para que no les faltase de nada.
Quizá, se nos olvidó por el camino, enseñarles con un poco mas de insistencia, valores tan básicos como el respeto hacia los demás, la solidaridad, la responsabilidad, el civismo, la buena educación… No lo voy a justificar pero estábamos tan deslumbrados con tantas cosas buenas en la nueva sociedad de consumo y de inmediatez, que todo lo demás nos parecía antiguo, y además, la vida se encargaría de enseñarles.
Muchos padres pensarán que tienen en casa a unos adolescentes comodones que van a lo suyo y se rigen, en todas las facetas, por la ley del mínimo esfuerzo. Pero son sorprendentes, como siempre lo han sido, y cuando hay algo que les interesa no hay barreras para ellos.
Y nos han sorprendido, la educación les interesa y la quieren de calidad. De repente la vida les está enseñando los colmillos y ven carencias en las que antes ni siquiera habían reparado, saben que son el futuro, y ese futuro se presenta cuesta arriba, se han dado cuenta por primera vez de lo que tenían (que tampoco era tanto) pero era una escuela pública al alcance de todos, con personal docente ajustado a sus necesidades, con herramientas de trabajo suficientes para cada ámbito educativo…y no quieren que les quiten nada porque en realidad necesitan más.
Llevan dos años oyendo hablar de crisis, muchos la han visto en sus casas, sin darse cuenta se van enterando de derechos pisoteados, de corrupción política, de bancos que se llevan las casas… y también por primera vez se han enterado para qué sirven los impuestos. Y ven que las matemáticas que están aprendiendo no les cuadran.
Y en esas andamos con la sociedad revuelta y con nuestros hijos luchando. ¿Os habéis dado cuenta de lo que eso significa? Nuestros adolescentes comodones están madurando en conciencia social y esa asignatura no la tenían en clase ni en su casa.
Por eso debemos estar orgullosos de ellos, los padres y los profesores. Nos están demostrando que de verdad ellos son el futuro. ¿No merece la pena luchar todos juntos por una escuela pública de calidad?
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